Desde el olivo hasta la botella, un viaje de paciencia y pasión.

La producción de aceite de oliva es un arte que requiere tiempo, conocimientos y mucha atención. Un olivo tarda varios años antes de dar sus primeros frutos, solo del 2 al 5 % de las flores darán aceitunas y cada cosecha es única. Las aceitunas se recogen con cuidado para no dañarlas (porque esto aceleraría su fermentación y, por lo tanto, reduciría la calidad del aceite producido), se llevan al molino el mismo día en unas pocas horas, luego se extraen en frío (¡y no se presionan!), para preservar todas sus cualidades nutricionales y de sabor.

Este proceso lento y meticuloso dará un aceite de oliva virgen extra, un reflejo del terruño y del trabajo de los productores.

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